INICIACION ANTIGUA Y MODERNA

INICIACION ANTIGUA Y MODERNA
AUTOR: MAX HEINDEL

lunes, 15 de marzo de 2010

LA ANUNCIACIÓN Y LA INMACULADA CONCEPCIÓN - en you tube -


LA  ANUNCIACIÓN  Y  LA  INMACULADA  CONCEPCIÓN

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Nos permitimos afirmar terminantemente que un místico cristiano no es el resultado de una vida, sino la floración y fruto de muchas existencias anteriores en las cuales se han cultivado las fases preparatorias, es decir, ha fomentado y cultivado dentro de sí esa sublime compasión que hace a tal persona sentir y sufrir en si misma todas las miserias y dolores del mundo, y evoca ante su visión espiritual el ideal de Cristo como el verdadero bálsamo de Galaad, y cuya práctica es el único paliativo contra todos los dolores y tristezas humanos. Un alma semejante es objeto constantemente de una vigilancia y cuidados especiales por parte de las Jerarquías divinas que tienen a su cargo la dirección de nuestro progreso en el sendero de la evolución, y cuando el momento es oportuno y el aspirante ha llegado a su madurez para entrar en la vida espiritual, en la cual deberá hacer su último esfuerzo para llegar a la meta y convertirse en un Salvador de su especie, hay ángeles, sin duda alguna, que le vigilan, que le aguardan a su llegada, y que entonan cánticos y hosannas en gozosa anticipación de un acontecimiento semejante. 

Lo igual atrae siempre a lo igual, y naturalmente, los padres son elegidos debidamente por (y para) una tan noble alma, entre los "hijos e hijas del Rey". Puede que ellos se hallen en las circunstancias y condiciones más misérrimas, desde un punto de vista de las riquezas humanas; puede ocurrir que ellos se vean obligados a utilizar un pesebre como cuna de su hijo, pero no puede conferirse nunca más rica dádiva a tales padres que el privilegio de engendrar un alma semejante. Entre las condiciones necesarias para poder servir de padre de un Ego tal están las de que la madre debe ser "virgen" y el padre debe ser un "constructor".

Se dice en la Biblia que José era carpintero, pero la palabra original griega es la de "tekton", que significa "constructor". En la Masonería Mística, Dios es llamado el Gran Arquitecto, o sea una concreción de Arche-tekton. Arche es un vocablo griego que significa sustancia prima o primordial, y un tekton, como hemos dicho arriba, es un constructor. Con lo cual podemos considerar como que Dios es el Gran Maestro Constructor, quien de la sustancia primera formó el mundo, como campo evolucionario para diversas clases de seres. El usa en su Universo muchos "tektons", o constructores de diversos grados. Cada persona que recorre el Sendero del desarrollo espiritual, esforzándose para trabajar en armonía y en sentido constructivo con las leyes de la Naturaleza, como un servidor de la humanidad, es un "tekton" o constructor, en el sentido de que posee las condiciones necesarias para ayudar a que nazca en el mundo un alma grande. Así, pues, cuando se dice que Jesús fue carpintero e hijo de un carpintero, nosotros entendemos que ambos dos fueron "tektons" o constructores a lo largo de líneas cósmicas.

La Inmaculada Concepción, al igual que todos los otros sublimes misterios, ha sido vilipendiada y ultrajada, menospreciada y ridiculizada por el materialismo, y como es de una espiritualidad tan sublime, ha sufrido acaso más por tan rudo y grosero tratamiento que cualquiera otra de las enseñanzas espirituales. Quizá ha sufrido aún más por las torpes explicaciones que de ella han dado sus ignorantes partidarios que por las burlas y escarnios de los cínicos. La doctrina de la Inmaculada Concepción, según se la entiende popularmente, es que hace cosa de dos mil años, Dios, de modo milagroso, hizo que una doncella de nombre María, la cual era virgen, concibiese y diese a luz a Jesús, un ser que en consecuencia era el Hijo de Dios, en un sentido distinto de todos los otros hombres.También hay en el vulgo la creencia de que este incidente es único en la historia del mundo.

Especialmente la última falacia es la que ha servido para falsear y tergiversar la bellísima verdad espiritual concerniente a la Inmaculada Concepción. No es un caso único, en efecto, bajo ningún sentido, Toda gran alma que ha venido al mundo para vivir una vida de sublime santidad, tal como se requiere para aspirar a la Iniciación Cristiana Mística, ha venido aquí gracias a unos padres de virginidad inmaculada, quienes no se hallaban dominados por la degradante y degeneradora pasión cuando consumaron el acto carnal que dio lugar al engendro de tan noble alma haciéndolo más bien como un sacrificio que como un mero placer. "El hombre no cosecha uvas de zarzas." Esta sentencia es una verdad axiomático, basada en la ley de que lo igual atrae a su semejante, y por lo tanto, antes de que cualquiera pueda convertirse en un Salvador, es preciso que sea puro y sin pecado. De modo que, como él es puro, no puede nacer de otra persona que sea viciosa y vil; debe, pues, nacer de madre (y de padre) virgen. 

Pero la virginidad a la cual nos referimos no comprende ni se refiere meramente al organismo físico. No hay ninguna clase de virtud inherente a la virginidad física, pues todos la poseemos al principio de nuestras vidas, no importa la mala y viciosa disposición que pueda haber en nuestra naturaleza. La virginidad de la madre de un Salvador es una cualidad del alma, cuya cualidad anímica permanece sin mancha, mancilla ni alteración, a pesar de la función carnal realizada por sus padres en el acto físico para la concepción. Cuando los hombres efectúan el primer acto creador sin el deseo de dar vida a un nuevo ser y sino que lo hacen exclusivamente para la satisfacción de su lujuria e inclinaciones animales, pierden la única virginidad (física) que poseían; pero cuando hay unos padres que se unen guiados por un espíritu de sacrificio, ofreciendo sus cuerpos como un holocausto en el Altar del Sacrificio, con objeto de facilitar a un alma que debe venir a la Tierra, el cuerpo físico que la es preciso en la época en que nos hallamos para vivir aquí, para que aquí pueda dar un paso más en su  desarrollo espiritual, la pureza de su propósito preserva su virginidad y atrae a su hogar y patria esa noble alma. El que un niño sea concebido en pecado o inmaculadamente, depende de su propia e inherente cualidad anímica, pues ésta es la que sin titubeos ni vacilaciones le llevará a nacer de padres que posean una naturaleza semejante a la suya. Para ser el hijo de una virgen preconiza y exige una pasada carrera de espiritualidad, por parte de aquel que nace.

El "nacimiento místico" de un "constructor", es un acontecimiento cósmico de gran importancia, y no es sorprendente, pues, que esté escrito en los cielos, indicando por un simbolismo gráfico en el gran mundo, el macrocosmos, lo que, a su momento se convierte en realidad en el hombre, esto es, el pequeño mundo o macrocosmos.
Todos nosotros estamos destinados a experimentar todos los misterios por los que Jesús pasó, incluso la Inmaculada Concepción, que es un requisito previo de la vida de los Santos y de los salvadores de los diversos grados. Una vez que comprendamos este gran símbolo cósmico, será más fácil que entendamos su aplicación al ser humano individual.

El Sol es "la luz del mundo", en un sentido material. Cuando en la época del invierno llega a su extrema declinación Sur en el solsticio del 23 de diciembre, las gentes del hemisferio nórdico - en el que han nacido todas las religiones del día - están sumidas en las tinieblas más profundas y privadas de la fuerza vital emanante del Sol, que es la sustentadora de toda vida; de modo que el Sol se halla parcialmente muerto en lo que respecta a su influencia sobre los hombres de esa parte del planeta. Es, por lo tanto, necesario que una nueva luz brille en las tinieblas; que un Sol de Bondad nazca para salvar a la humanidad del frío y del hambre cine seguirían inevitablemente sí el astro Sol permaneciese definitivamente en la posición del Sur que ocupa en el solsticio del invierno.

En la noche entre el 24 y 25 de diciembre, el Sol, habiendo comenzado a elevarse lentamente hacía el Ecuador de la Tierra, el signo zodiacal de Virgo, la inmaculada Virgen celestial, está en el horizonte oriental en todas las latitudes nórdicas y durante las horas que inmediatamente preceden a la medianoche. En la ciencia de la Astrología es el signo y grado que se hallan en el horizonte oriental en el momento de¡ nacimiento, lo que determina la forma del cuerpo de la criatura nacida. Por lo tanto, el "Sol de Bondad" se dice que ha nacido de Virgo, la sublime virgen celestial, que permanece tan pura después de dar a luz a su. hijo Sol, como lo era antes. Por analogía, el Hijo de Dios que viene a salvar a sus semejantes debe nacer también de una espiritual virgen inmaculada.

De lo que acabarnos de decir resulta evidente que hay un gran período de preparación anterior a la entrada de un Cristiano Místico en la presente esfera de la vida humana, aunque él mismo, en su conciencia física está generalmente inconsciente del hecho de la gran aventura que hay preparada para él. Según todas las probabilidades, los días de su infancia y los primeros de su juventud pasarán en la obscuridad, mientras la cual vive una vida de profundidad desusada, preparándose inconscientemente para el Bautismo, que es el primero de los nueve, pasos de este método de desarrollo y de fusión con el Padre.

del libro "Iniciación Antigua y Moderna", de Max Heindel


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